Origen y desarrollo de la democracia en Atenas, (parte IV).

El paréntesis tiránico de Pisístrato y sus epígonos

En Atenas, alrededor de la mitad del siglo V a.C. había tres partidos políticos que se disputaban el poder. En la costa, los llamados Paralios, tenían a Megacles II como su líder[1]. Era un partido de ideas moderadas. En la llanura estaban los Pedieos, cuyo líder era Licurgo. Aspiraban a imponer un régimen oligárquico en la ciudad de Atenas. Y, por último, en la montaña, los Diacrios, seguidores de Pisístrato. Eran en su mayor parte jornaleros, pastores y campesinos[2].

Pisístrato impondría la tiranía, pero no tuvo al pueblo ateniense en su contra.

Nos cuenta Aristóteles[3], que mientras Pisístrato arengaba a los soldados, hombres de su confianza, posiblemente su guardia personal, robaron las armas de los hombres del ejército, dejándolos indefensos. También nos dice “que gobernó con moderación a pesar de ser un tirano” [4].

Pisístrato, hijo de Hipócrates, como nos explica Heródoto[5], tuvo tres periodos de gobierno[6], entre los cuales hubo periodos en los que estuvo exiliado, pero cuando le llegó la hora, la muerte le sorprendió en el cargo.

La primera vez que Pisístrato alcanzó el poder fue en el año 561 a.C., apoyado por el pueblo[7]. Llegó al gobierno de esta forma. En una sesión de la asamblea, Pisístrato pidió al pueblo una escolta personal para protegerse de sus enemigos políticos, simulando haber sido atacado y aprovechándose de la buena fama que había adquirido en la guerra contra Megara. El pueblo se la concedió. De esta forma Pisístrato junto con su nueva escolta tomaron la Acrópolis por la fuerza y se alzaron con el poder[8]. Aunque según Heródoto, “Gobernó la ciudad de manera ordenada y acertada, conservando intactas las instituciones” [9].

Durante esta primera fase del gobierno de Pisístrato como tirano de Atenas, sus oponentes políticos, Megacles II, del partido de los Paralios (de la costa), y Licurgo, de los Pedieos (de la llanura), se aliaron en su contra. Como resultado de esta unión, Pisístrato tuvo que huir al exilio. La alianza entre los aristócratas de Megacles y Licurgo duró poco, debido a disputas entre ellos[10]. Megacles buscó la forma de aliarse con su antiguo enemigo político, Pisístrato, haciendo que éste se casara con su hija. Megacles pertenecía a la familia más poderosa de Atenas, la familia de los Alcmeónidas. Era hijo de Alcmeón, y este a su vez era hijo de Megacles I, protagonista del episodio contra Cilón. En este incidente, Megacles acabó ordenando el asesinato de los hombres de Cilón, que se habían refugiado en la Acrópolis tras el intentar hacerse con el poder a la fuerza. Todo terminó con el juicio contra Megacles, por haber dado muerte a los hombres de Cilón en la Acrópolis, lugar considerado sagrado por los atenienses y en donde bajo ningún concepto se podía permitir un asesinato. Megacles fue condenado al exilio por sacrilegio. La condena le afectó a “él, a su familia y hasta a los huesos de sus antepasados”[11].

Para entregarle el poder a Pisístrato, Heródoto[12], cuenta que el partido de los Alcmeónidas, diseñó una representación triunfal. Disfrazaron a una mujer hermosa como si fuera la diosa Atenea y la hicieron entrar en la ciudad junto a Pisístrato. De esta forma se extendió el rumor por la ciudad de que a Pisístrato le favorecía la diosa por excelencia de Atenas.

Esta unión de Pisístrato y Megacles significaba algo novedoso, como nos cuenta F. R. Adrados[13], ya que significaba una alianza entre la aristocracia y el pueblo ateniense. Sin embargo, la familia de los Alcmeónidas estaba enemistada con el resto de la aristocracia de Atenas.

Pisístrato por su parte, pronto hizo fracasar la unión al no consumar su matrimonio con la hija de Megacles, para que sus hijos no formaran parte de la familia sacrílega de los Alcmeónidas[14], y por no perjudicar a los hijos que había tenido con su anterior esposa. Estos eran Hipias e Hiparco.

Por este motivo, Pisístrato es desterrado de nuevo, formándose otra vez la alianza de la etapa anterior.

El tercer periodo del tirano en el poder, se produce tras aliarse este, con un ejército enemigo, formado por tropas mercenarias de Argos, junto con tropas que aportó un noble de Naxos llamado Ligdamis[15], derrotando a los ciudadanos atenienses en la península de Palene, al norte de Atenas[16].

Esta tercera fase de Pisístrato en el poder como tirano se prolongaría hasta su muerte en el año 528 a.C., siendo relevado en el poder por sus hijos Hipias e Hiparco.

Según Aristóteles[17], Pisístrato era un gobernante moderado, que “prestaba dinero a los pobres para que trabajaran”. Sin embargo, este hecho escondía una intencionalidad, ya que en realidad pretendía mantener ocupado al pueblo para que, de esta forma, no tuvieran tiempo para preocuparse de los asuntos del estado. También, obtenía mucho dinero de lo recaudado del trabajo de los jornaleros y campesinos que trabajaban las tierras. Por este motivo, creó Pisístrato la figura del juez del demos[18]. Así, se evitaba que la gente del campo perdiera tiempo en bajar a la ciudad para solucionar sus asuntos y los pudieran arreglar cerca de su lugar de trabajo.

Se le atribuye a este gobernante la construcción de numerosos templos que contribuyeron al embellecimiento de la ciudad de Atenas[19]. Gobernó conforme a la legislación establecida, “quería que todo se administrase conforme a las leyes, sin concederse ningún privilegio” [20].

Hipias e Hiparco.

Tras la muerte de Pisístrato, el poder lo heredaron sus hijos Hipias e Hiparco. Estos continuaron con las políticas de su padre manteniendo un régimen tiránico moderado.

Sin embargo, en Atenas, la población no estaba de acuerdo con este sistema de gobierno y cada vez eran más evidentes las muestras de disconformidad hacia el régimen impuesto.

Durante las celebraciones de la festividad de las Panateneas del año 514 a.C., los dos hermanos fueron víctimas de un complot. Éste, fue urdido por dos miembros de la aristocracia llamados Armodio y Aristogitón. Como consecuencia de este ataque Hiparco murió. 

Hipias, por este motivo, hizo de su gobierno un régimen despótico.

Estos dos miembros de la aristocracia que realizaron el ataque contra Hipias e Hiparco, fueron conocidos como los tiranicidas, y más adelante, se convertirían en un símbolo de la lucha de los ciudadanos de Atenas contra la tiranía.

El gobierno de Hipias continuó hasta el año 510 a.C. en el que fue condenado al exilio. La familia de los Alcmeónidas, cuyos miembros habían sido desterrados por Pisístrato, protagonizaron varias intentonas en contra del régimen establecido por Hipias. En un primer intento, fueron rechazados. En un segundo, convencieron a los espartanos y a enemigos de Atenas, como Corinto, de que lucharan contra Hipias. Los Alcmeónidas consiguieron el apoyo del rey Cleómenes de Esparta, sobornando a la Pitia del Oráculo de Delfos, con la construcción de un nuevo templo en dicho lugar. De esta forma hicieron, que cuando el rey espartano acudiera a Delfos en busca de consejo, el oráculo le propusiera marchar en contra del tirano ateniense[21]. Este segundo intento si fructificó. A consecuencia de este ataque, Hipias se vio forzado a huir, escapando a Sigeo, en el extremo noroeste de Anatolia, cerca del Helesponto, y más tarde, a la corte del rey persa Darío I [22].


[1] Nieto de Megacles I, que fue arconte en tiempos de Cilón.

[2] Vázquez Hoys, Ana María, Historia del mundo antiguo (Grecia), p.302.

[3] Aristóteles, Constitución de los atenienses, 15,4.

[4] Aristóteles, Constitución de los atenienses, 16,2.

[5] Heródoto, Historia, I,59.

[6] Aristóteles, Constitución de los atenienses, 17,1. Treinta y tres años desde la primera vez que subió al poder, diecinueve de ellos ejerciendo el gobierno.

[7] Rodríguez Adrados, Francisco, Nueva historia de la democracia, de Solón a nuestros días, p.85.

[8] Heródoto, Historia, I,59.

[9] Heródoto, Historia, I,59.

[10] Heródoto, Historia, I,60.

[11] Rodríguez Adrados, Francisco, Nueva historia de la democracia, de Solón a nuestros días, p.85,86.

[12] Heródoto, Historia, I,60.

[13] Rodríguez Adrados, Francisco, La democracia ateniense, p.130.

[14] Heródoto, Historia, I,59.

[15] Heródoto, Historia, V, 61-62. Se les unieron sublevados y partidarios de la tiranía a medida que avanzaban hacia Atenas. También en, Aristóteles, Constitución de los atenienses, 15, 2-3. 

[16] Rodríguez Adrados, Francisco, Nueva historia de la democracia, de Solón a nuestros días, p.86.

[17] Aristóteles, Constitución de los atenienses, 16,2.

[18] Aristóteles, Constitución de los atenienses, 16,5.

[19] Vázquez Hoys, Ana María, Historia del mundo antiguo (Grecia), p.303,304.

[20] Aristóteles, Constitución de los atenienses, 16,8.

[21] Heródoto, Historia, V,63.

[22] Heródoto, Historia, V, 65.

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